Por Germán Morales Enríquez 

Del 6 al 8 de mayo llevó a cabo la II Cumbre Nacional de Gobierno Abierto en la ciudad de México. Después del penoso asunto del espionaje a periodistas y activistas de la sociedad civil por parte del gobierno de Peña Nieto, el núcleo de organizaciones no gubernamentales de la Alianza por el Gobierno Abierto se retiró del ejercicio debido a que no existían las condiciones para seguir realizando las actividades del tercer plan de acción.   Ante la salida del núcleo de sociedad civil, la anterior administración decidió publicar un reporte de resultados del tercer plan de acción que no cumplía con lo acordado originalmente en este esquema de trabajo.  Mientras tanto, el núcleo de organizaciones  ciudadanas elaboró un reporte sombra que presentaron a la opinión pública en contraste con el publicado por el gobierno federal.  El diálogo y el trabajo de cocreación entre gobierno y sociedad bajo este mecanismo se interrumpieron por  poco más de dos años.

Con el inicio de la nueva administración en el ámbito federal se reanudaron las pláticas entre el núcleo de las organizaciones de la sociedad civil, el gobierno federal y el INAI. El producto de este proceso de reconciliación es el cuarto plan de acción de la alianza del gobierno abierto que será presentado durante este mes.  De igual forma, el núcleo de gobierno abierto ha lanzado una convocatoria para ampliar la gama de organizaciones y ciudadanos que integran la Alianza para el Gobierno Abierto e impulsar iniciativas que se generen en el ámbito local con visión territorial de participación ciudadana. Este ejercicio será determinante para ver si existe el ánimo de innovar y de modificar comportamientos en el plano gubernamental en favor de transitar hacia un modelo de apertura gubernamental.

En algunos de los estados se replica el esquema de gobierno abierto con el impulso de los organismos garantes de transparencia locales. El funcionamiento de estos ejercicios comienza con el acuerdo entre  estos últimos, el INAI, los gobiernos locales y el núcleo de sociedad civil del estado interesado. Luego se integra el secretariado técnico local, que se conforma de manera distinta, aquí depende de la decisión de cada entidad. En Zacatecas, por ejemplo, este instrumento lo impulsa el órgano de transparencia, un representante del ejecutivo,  uno del legislativo,  uno del judicial,  un representante de los organismos autónomos estatales, el núcleo de sociedad civil y  representantes de dos ayuntamientos.  Conformado el secretariado ejecutivo, se lanza una convocatoria para elegir temas de interés que la sociedad propone para convertirse en los compromisos que tendrán que ejecutarse bajo los criterios de gobierno abierto. Al igual que en la entidad mencionada, en Oaxaca, Veracruz, Durango y Jalisco también se trabaja el segundo plan de acción local. Los asuntos son distintos, van desde proyectos de movilidad urbana, seguridad, rendición de cuentas hasta promulgación o modificación de ordenamientos.

En Zacatecas, se han trabajado en el primer y segundo plan de acción local ejercicios como el lanzamiento de portales de internet como Follow the Money sobre un empréstito del anterior gobierno estatal y un observatorio de sitios patrimonio histórico,  iniciativas de cabildo abierto en dos municipios, un nuevo código urbano, entre otros. Es perentorio que la gente se interese más por tener un gobierno abierto, que no solamente se reduzca a datos abiertos o  a gobierno electrónico, sino que este ejercicio apunta a que las decisiones que toman  las autoridades sean orientadas a las necesidades o prioridades de la comunidad. Los retos para consolidar estas iniciativas son que el gobierno deje de simular y  deje de poner resistencias a las iniciativas ciudadanas. De igual forma, otro desafío es hacer del conocimiento de mayor número de personas a que nos referimos cuando hablamos de gobierno abierto y a que las iniciativas que se trabajan no se queden en actividades que se llevaron a cabo para salir del paso, que no mueran inmediatamente después de haber nacido.