Por: Norma Galarza
Alrededor de 90 segundos, es lo que aguanta una persona viva cuando es asfixiada, y nosotros Mara, nos empeñamos en prolongar tu agonía. Y no sólo a ti a las miles de mujeres que mueren cada día en México, y cuyos asesinos pueden sentirse satisfechos porque de acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la injusticia es tan aberrante, que solo se castiga al 5 por ciento de los feminicidas. Y esa es una pequeña parte de la nefanda realidad en la que tú, Mara, y las 6 mil 488 mujeres que fueron asesinadas tan solo del 2013 al 2015, resultan ser culpables, por salir de sus casas, por beber alcohol, por vestirse de alguna manera, hasta, como en tu caso, por dormirse en un servicio de transporte que debería ser seguro. Otra cifra que causa horror es que 7 mujeres son asesinadas al día al día en nuestro país, bajo el amparo de un sistema impartidor de justicia, que solapa a los delincuentes y criminaliza a las víctimas.
Y perdona que no tenga buenas noticias respecto al tipo de sociedad que somos, pero ahora que las redes sociales nos exhiben como una legión de idiotas como dijera Umberto Eco, resulta que personas dueñas de microscópicos cerebros te acusan de “tentar” a tu supuesto agresor, un hombre sin antecedentes penales, un “buen ciudadano”, con la tonta frivolidad de quedarte dormida. Y ¿qué me dices de la visión cachafaz de nuestras autoridades al convencer a los violadores a través de la impunidad que el cuerpo femenino es un bien nacional? ¿No es alarmante que de acuerdo a la Comisión Ejecutiva de Atención a las Víctimas (CEAV) cada año se cometan 600 mil (sí, leíste bien, seiscientos mil) delitos sexuales de los cuales 16 mil fueron violaciones? ¿Y que sólo 3 de cada 100 ataques sexuales se castiguen de acuerdo a datos del propio organismo?
No te alcanzaría la eternidad Mara para perdonar también a las radicales, a las hembristas, que polarizan una lucha deberíamos enfrentar hombro a hombro con nuestros amigos, con nuestras parejas, con nuestros hermanos. ¿No te duele que en pro de demostrar repudio por tu muerte contra la que necesitamos aliados, se criminalice al género masculino, por el simple hecho de serlo? Perdón, porque es posible que también tengas un padre, y amigos que sufren tu pérdida y que saben que pensar que el dolor por tu asesinato es privativo de un género, lo único que hace es segmentarnos cuando lo que requerimos es unirnos.
Perdón también por las miles de mujeres colonizadas por la ideología machista que eligen ponerse la venda en los ojos y optan por proteger y emprender una defensa ominosa a favor de sus hijos, hermanos, o pareja que violaron a asesinaron a alguna mujer. Tienes mucho que perdonarnos Mara, sobre todo porque sabemos que pese a las estadísticas, seguimos perdiendo la batalla, porque la idea de criminalizarte y hacerte culpable de tu propia muerte, se encuentra enquistada en la médula de una sociedad tendiente a la vacuidad. Y no sólo tu habrás de brindarnos el perdón también las miles de mujeres que han muerto en tus mismas circunstancias, y más doloroso todavía las mujeres y niñas que perecerán debido a la indolencia que nos embrutece. Porque debo descarnar ante ti y todas, la horrible realidad de que no solo las calles representan el peligro, porque el monstruo se esconde principalmente en los hogares donde de acuerdo a datos de la Procuraduría General de la República (PGR), se cometen el 90 por ciento de los feminicidios.
¿Y la justicia? Ciega y sordomuda porque las mujeres que se atreven a denunciar son revictimizadas, como si sufrir el horror una vez no fuera suficiente. ¿Te alcanzará la eternidad para perdonarnos?