Por Rodolfo A. Márquez López

El pasado 7 de septiembre, como lo mandata la ley; el Poder Legislativo dio inicio a su tercer período ordinario de sesiones, uno de los temas que deben de tratar en este período es el del matrimonio igualitario, iniciativa presentada por los diputados perredistas María Elena Ortega y Santiago Domínguez durante el “receso legislativo” tiempo durante el cual la Comisión Permanente toma funciones y de la cual la diputada María Elena Ortega fue integrante.

La presentación de esta iniciativa no fue muy sonada, ya que al no presentarse en el pleno de sesiones es más difícil que los medios de comunicación retome el tema, pero también, un tema político, que por el inicio del proceso electoral 2017-2018 fue olvidado rápidamente por los actores públicos.

En el momento que la iniciativa fue presentada, se turno por el presidente de la comisión permanente, el diputado Osvaldo Ávila a las comisiones de Derechos Humanos y Seguridad Pública y Justicia, ésta segunda sin facultad alguna dentro de la Ley Orgánica del Poder Legislativo en temas de reformar el Código Familiar, tal y como lo piden los diputados autores de la iniciativa de ley. Un descuido legislativo que puede llevar a malos términos esta iniciativa que ha sido demandada por los colectivos LGBTIQ del país y del estado de Zacatecas.

¿Por qué me refiero a malos términos? Pues bien, la única comisión facultada dentro del Poder Legislativo por su ley orgánica para reformar el código familiar es la de Niñez, Juventud y Familia; al enviarla a otra u otras comisiones, se corre el riesgo que algún ciudadano se “inconforme” con esta reforma al código familiar y recurra a la Suprema Corte de Justicia de la Nación y está misma invalide tal regulación, ya que no se le dio el procedimiento legislativo correcto dentro del Congreso estatal, ya ha pasado con otros temas en anteriores legislaturas.

Una omisión por parte de los diputados autores y del presidente de la comisión permanente que parece pequeña, pero que al hablar de una demanda social debe ser tomada con seriedad. No pongo en tela de juicio el activismo y el compromiso de la hoy diputada María Elena, conozco de su lucha incansable por los derechos de la comunidad LGBTIIG y los derechos de las mujeres.

Esta es una lucha que tiene un camino difícil en el estado de Zacatecas, ya que los actuales diputados que intentan buscar otro cargo tienen temor a las represalias políticas que puedan tener en el próximo proceso electoral en una demarcación conservadora, pero creo yo que los derechos humanos no deben estar por encima de sus intereses políticos.

Esperemos esta reforma al Código Familiar llegue a buen termino y no quede olvidada en la “congeladora legislativa” como la presentada por Jorge Álvarez Máynez en 2012, durante la LX Legislatura.

Twitter: @rodolfo_marqz

Nota: Este texto es responsabilidad de quien lo firma