Por Heraclio Castillo

Pasó la euforia por el primer informe del gobernador Alejandro Tello Cristerna, se cruzó el fin de semana, periodo ferial y vuelve el sol después de poco más de una semana de lluvia. Quizás este lunes algunos medios nos sorprendan con los primeros análisis del documento que vayan más allá del evento protocolario. O quizás no. A reserva de presentar mi análisis en mi siguiente colaboración, dejo a continuación algunas reflexiones en torno al evento realizado el pasado viernes 8 de septiembre en el Multiforo.

Para empezar, la puntualidad siempre es algo que ha caracterizado al Ejecutivo estatal y es algo que se agradece, después de vivir ya no sé cuántos sexenios de eventos con hasta dos horas de retraso. Lamentablemente, el auditorio no pudo resistir las casi dos horas (o más) que abarcó el evento y buscó la salida a la primera oportunidad.

¿Alguno de los medios se dedicó a sondear a los ciudadanos que asistieron al informe su opinión sobre lo expuesto en el Multiforo? Me parece que a los consumidores de noticias nos retacaron la vista con declaraciones de funcionarios de alto pedo y de no tan alto pedo. El pueblo quizás se mencionó entre los aplausos. Ignoramos si alguno escuchó con atención el mensaje del gobernador.

Celebridades aparte, y listados de cifras y pausas “videomusicales”, en algunas partes de su discurso me pareció escuchar a un Alejandro Tello excusándose de los múltiples problemas que aquejan a Zacatecas. No es para menos, aunque en el fondo de la artificialidad de sus palabras era posible percibir una impotencia por tener que dar la cara por el “curioso” desempeño de algunos funcionarios del gabinete y en parte responsables del malestar ciudadano. Es como un gerente que comparece ante el dueño de la empresa por los errores que han cometido sus subordinados.

La omisión también genera consecuencias y no sería extraño que cumpliera su palabra (ahora sí) de realizar cambios en su gabinete. Áreas estratégicas como Seguridad, Turismo y Economía se han dejado en manos de foráneos que han tenido 12 meses para conocer Zacatecas. No dudamos de su experiencia, pero en una administración corta parece un lujo destinar todo un año a conocer la realidad de Zacatecas. ¿No había mejores perfiles que ya habitaran la entidad con anterioridad y conocieran de primera mano la realidad compleja que vive el estado?

Mención aparte merecen otras áreas, como Educación (no hemos sabido de esas grandes manifestaciones de docentes que caracterizaron a otras administraciones), Migración (por primera vez tenemos un migrante que entiende la realidad de los connacionales) o Medio Ambiente (aunque el titular opaque los buenos resultados de la dependencia con tanta promoción de su imagen). Y aunque ha habido logros sustanciales en otras áreas de la administración pública, la ciudadanía parece no advertirlos o tal vez hay algo más en el fondo.

Una tarea pendiente, crucial el inicio de cada administración, es recobrar la confianza de la ciudadanía en las instituciones. El primer año de gobierno siempre tiene el beneficio de la duda, la esperanza que aguarda entre quienes votaron por el gobernante en turno, quienes votaron por alguien más o quienes decidieron no ejercer este derecho en las urnas.

Se perdió la oportunidad y los cuatro años restantes serán aún más desgastantes si se piensa en proyectos a largo plazo. Si la idea es mantener el poder para un partido, la estrategia de magros resultados a corto plazo no está funcionando. Si la idea es trabajar diferente, la rendición de cuentas debió ser un evento diferente y no una alegoría de la vieja guardia.

En este primer informe hubo cosas buenas, pero parece que para el gobierno diferente no contaron mucho o se perdieron entre líneas. También recuérdese que mentir es un agravio que lesiona la confianza ciudadana, más cuando se afirma que se han generado 8 mil empleos en el primer año de gobierno y las cifras del IMSS indican que apenas van 5 mil 70, por poner un ejemplo.

Claro que hablar solo de lo negativo o únicamente de lo positivo es caer en la parcialidad con la que se manejan algunos medios (y no es mi intención), por eso me reservaré el tiempo suficiente (una semana al menos) para ofrecer un balance de este primer informe y, quizás, realizar algunas propuestas. No solo se trata de criticar por criticar. Una ciudadanía corresponsable también aporta elementos para una mayor gobernabilidad. Hasta entonces.

Nota: Este texto es responsabilidad de quien lo firma