Por: José Santos Cervantes

El senador de MORENA, Ricardo Monreal Ávila, ha presentado tres iniciativas de ley ante el Senado de la República, referentes a tres cuestiones fundamentales:

Una para reformar la Ley del ISSSTE, otra para el Desarrollo Agrario y la tercera, para regular diversas comisiones que cobran los bancos.

Las dos primeras tienen una connotación francamente neoliberal, es decir, están edulcoradas con un lenguaje demagógico para pretender insertarse dentro del proyecto del Presidente Electo, Andrés Manuel López Obrador, que ha llamado a la Cuarta Transformación de la Vida Pública de México, como consecuencia del proceso revolucionario que el pueblo mexicano ha llevado a cabo:Independencia, Reforma, y la revolución democrático-burguesa, antifeudal y antiimperialista iniciada en 1910.

Pero, la tercera al revés, es modestamente avanzada y levanta una demanda justa, pero así como fue presentada a destiempo y sin que mediara coordinación alguna con el poder ejecutivo, parecería más bien una emboscada, una trampa ideada para provocar un golpe del poderoso capital financiero mundial contra un gobierno que está por iniciarse y no tiene los medios para neutralizar, ni siquiera amortiguar los daños que ese enemigo del pueblo y la soberanía de México, podría causarle, dinamitando la vida económica de la nación.

En cuanto a la Ley del ISSSTE, su iniciativa ha recibido el rechazo, justo y enérgico, fundamentalmente, de los trabajadores pensionados y jubilados, que con los gobiernos neoliberales han padecido un infierno en todos los sentidos; pero, también de senadores de MORENA. Al respecto, el rechazo a esta iniciativa tiene argumentos bien fundamentados y desde diferentes ópticas, pero con una misma conclusión: si se aprobara la reforma propuesta, no sería más que para continuar, o afianzar las reformas estructurales neoliberales.

Ahora bien, quien está propuesto para ser director del ISSSTE es actualmente funcionario de dicho instituto, y se llama Luis Antonio Ramírez Godina Pineda, quien es hijo, nada más ni nada menos, que de un prominente priísta, Heladio Ramírez López, quien fuera dirigente de la Confederación Nacional Campesina (CNC) y gobernador del estado de Oaxaca (1986-1992), precisamente cuando Ricardo Monreal era dirigente estatal de la CNC en el estado de Zacatecas y diputado federal priísta por vez primera (1988-1991); quizá por esto haya mucha coincidencia entre dicha iniciativa y el lenguaje y propuestas que ha venido expresando el futuro director del ISSSTE.

Pero, la iniciativa en materia agraria también ha tenido un rechazo total por parte de organizaciones sociales, investigadores e historiadores, porque en lugar de favorecer a los ejidatarios, a los comuneros y a los verdaderos pequeños propietarios, abre rendijas para que las modificaciones neoliberales en la materia, permitan ya sin ningún obstáculo que las grandes empresas capitalistas extractivas de agua, minerales, petróleo, y de todo tipo de recursos naturales, adueñarse de la riqueza de las tierras, despojando casi de manera definitiva, a sus dueños ancestrales.

Hay pocos datos, para tratar de explicarnos las iniciativas propuestas, las cuales no compaginan con los objetivos de la Cuarta Transformación de la vida pública de México, a que nos llama Andrés Manuel López Obrador.

Esta opinión tiene el objetivo de llamar la atención del pueblo mexicano, de la clase trabajadora, para que no se confunda, unas son las iniciativas que pueden presentar los legisladores a título personal y otra cosa es el proyecto de Andrés Manuel López Obrador.

Para que el pueblo de México pudiera derrotar a los neoliberales, tenía que ganar la Presidencia de la República, para esto también el Lic. Andrés Manuel López Obrador tuvo que conformar un gran frente nacional, con fuerzas disímbolas, incluso opuestas; sin embargo, una vez ganado el Poder Ejecutivo, y además el Poder Legislativo, ha llegado la hora de la definición de legisladores y funcionarios del nuevo gobierno, respecto del proyecto de transformación radical, cuyo objetivo es favorecer sólo al pueblo y la nación.

Por eso, la tarea revolucionaria de este momento es, por una parte, movilizarse y luchar porque en modo alguno éstas dos iniciativas vayan a ser aprobadas en los términos que están, porque sería muy dañino al pueblo y, políticamente, significaría que los neoliberales siguen legislando contra los mexicanos, como en los tiempos de Salinas, Calderón o Peña. Y, por otra parte, la tarea revolucionaria es desenmascarar a todas las fuerzas e individuos que se montaron de manera oportunista en el movimiento político y social encabezado por López Obrador; con quienes no hay que tener contemplación ni misericordia, porque la cuarta transformación histórica no debe permitir simulaciones, y menos traiciones.

El pueblo es el responsable de la victoria de López Obrador, y, por tanto, es responsable de que la cuarta transformación tenga un futuro luminoso, por lo que debemos defender esta victoria, si es necesario, hasta con la vida.

*Miembro de la Coordinación Ejecutiva del Frente Social por la Soberanía Popular (FSSP).