Por Vladimir Viramontes
La participación que se tuvo el día de ayer para definir si estallábamos la huelga o no, es muestra de que algo está pasando en la universidad y en el sindicato. Participamos 2229 trabajadores académicos de 2840 con derechos políticos vigentes, es decir, el 78.49% del total del padrón. No conozco toda la historia del sindicato, pero seguro estoy de que esta participación en términos porcentuales no se daba desde la década de los ochenta o principios de los noventa y, desde luego, en términos absolutos es la de mayor participación en el SPAUAZ sea en plebiscitos o en procesos de elección de Comités Ejecutivos. Lo que demuestra que el SPAUAZ está vivo, que algo está pasando y nos hace voltear a ver al sindicato. Pero vale la pena preguntarnos cuáles son las razones y sobre eso quiero apuntar algunas ideas:
1. La ruptura que se dio, hace algunos años, en lo que fue el grupo hegemónico de la universidad, la soberbia característica de quiénes conducen hoy la institución, la torpeza política de quien dirigía el SPAUAZ y la permanente lucha de compañer@s en la vida sindical por la defensa de los derechos colectivos laborales y de independencia del sindicato; abrió una grieta en la vida política universitaria que posibilitó arrancar la conducción del sindicato del control patronal después de poco más de dos décadas de sumisión de dirigencias sindicales al rector en turno.
2. La existencia de un Comité Ejecutivo, sobre todo las mujeres, que han asumido su papel de defender la contratación colectiva y autonomía sindical ha generado un contrapeso importante que obliga al patrón (aunque no quiera) a tratar con respeto a los sindicalizados. Dicha situación, con matices y diferencias desde luego, a la comunidad académica nos obliga a definir sin estamos del lado de la defensa de los derechos laborales colectivos o asumimos las posturas patronales. Esto me parece interesante porque nos coloca a cada quien en el lugar que cada quien decide estar, es decir, no da pauta a la neutralidad.
3. La forma en que se llevó el proceso de “diálogo” entre las partes en el emplazamiento, gracias a que el CE decidió transparentar dichas mesas, ayudó muchísimo a que los sindicalizados estuviéramos atentos y nos diéramos cuenta del compromiso de las compañeras del CE en la defensa de nuestro CCT y de la actitud patronal y sus intenciones (más allá de discursos huecos). Esta situación generó muchísima confianza, certeza y esperanza en much@s sindicalizad@s. Así lo escuchamos quienes estamos en los pasillos, en los salones, en las reuniones y en el trabajo con los maestr@s. Por tanto
4. Permitió que much@s maestr@s en las mesas de “diálogo” y en las reuniones que se convocaron exprofeso para analizar las respuestas patronales, dieran a conocer las violaciones de las que han sido objeto en su contratación. Extraordinario fue escucharnos, vernos y mirarnos en las reuniones del SPAUAZ y poder hablar sin temor, saber que hay un Comité en quien confiar, pero también que hay otr@s como nosotr@s en l@s que podemos confiar y podemos apoyarnos. Sabernos compañer@s que estamos tratando de recobrar confianza y fuerza colectiva.
Por último, reconocer el valor de 1088 maestr@s que, a pesar de la grotesca ofensiva injerencista del patrón en la vida sindical, salimos a votar por el sí. Ese es un triunfo, nunca tantos maestr@s habíamos votado por la huelga. Paradójico es que cuándo la ofensiva es mayor y burda, salimos más a votar sí.
Hay mucho por hacer, por rehacer, por aprender, por caminar de manera crítica y autocrítica en este camino que cada día recorremos más. Falta mucho y necesitamos organizarnos más y mejor.
¡La lucha sigue!
*Nota:* para quienes asumen falsamente el discurso del de abajo. No los vimos en todo este proceso haciendo trabajo con los maestr@s, en las reuniones, ni en ningún espacio luchando contra la parte patronal. Por más que su discurso intente apuntar hacia abajo, su cuello no les permite voltear hacia allá, mucho menos escuchar los que se dijo en dichas reuniones. Sus análisis se reducen a pugnas entre grupos, se quedan en el arriba, pero nunca dijeron nada de los dolores que se escucharon en este proceso. Tal vez no los escucharon.