Por: Luis Medina Lizalde

Peña Nieto hizo del conocimiento general el fin de su relación contractual con la conocida actriz Angélica Rivero, “su papel de Primera Dama” muestra la urgencia nacional de revisar con mirada republicana el rol desempeñado por quienes han fungido en ese rol, estado por estado, municipio por municipio.

Localizo en la historia cuatro modelos de “Primeras Damas”: Modelo Imperial (Emperatriz Carlota)

Modelo Filantrópico (Carmelita Romero Rubio)  Modelo “Socialité” (Carmen Romano) y Modelo solidario (Evita Sámano), aclarando que no hay modelos puros y que cada primera dama puede presentar identificarse con un modelo de manera predominante pero reflejando influencia de algún otro.

                         ASÍ COMENZÓ LA HISTORIA

 

La que asume el modelo imperial como Primera Dama no influye en las decisiones de su encumbrada pareja, prefiere decidir que influir. Tiene iniciativa propia,  contradice la ley y  al propio Mandatario si lo juzga necesario. Se rodea de cortesanos y  suele ofender  la dignidad por cosas nimias a  quienes la rodean.  Generalmente el resultado es nefasto, la Emperatriz Carlota motivada por su ambición impidió que Maximiliano dejara nuestro país cuando las tropas francesas lo dejaron solo para terminar en el Cerro de las Campanas, mientras ella, después de implorar ayuda en el Vaticano y las Cortes Europeas, cae en la locura que le permitió dejar el mundo hasta  1927, 60 años después de su galán.

Modelo Filantrópico, se manifiesta en acciones de caridad organizando a las damas de alcurnia para que hagan sentir a los pobres “suertudos” por contar con ricos de tan buen corazón y apreciar el privilegio de tener tan gran gobernante, Carmelita Romero Rubio fue casada siendo muy jovencita con Porfirio Díaz, viudo entonces, y en vez de refunfuñar se concentró en enseñarle buenos modales al marido y organizar a las féminas de la élite de dónde proviene a ofrecer consuelo a los empobrecidos para que a sus maridos no les falte nada.    

Modelo “Socialité” ni les da  por tomar decisiones que no les corresponde ni por ejercer influencia en el mandatorio, lo suyo es el “glamour” el “atáscate ahora que hay lodo” el disfrute con cargo al erario y la satisfacción de caprichos, La Señora Carmen Romano de López Portillo es la más emblemática de este tipo de “Primera Dama”, en sus tiempos impactó con el gesto de ternura al mandar un avión del estado mayor presidencial por su mascota que extrañaba en una sacrificada gira por Europa y seguramente inspiró admiración por su compromiso con el arte entre los que se entraban que tumbó paredes de hotel para que cupiera su piano de cola, no cualquiera.

Modelo solidario, Evita Sámano de López Mateos fue la eficaz impulsora de la atención a la infancia para lo cual se creó el Instituto Nacional de Protección a la Infancia, los desayunos escolares en modestas y alejadas escuelas públicas constituyen el mejor testimonio de una labor desinteresada y noble de la esposa de López Mateos, entendió su papel de ciudadana honoraria en privilegiada situación para servir y nunca tomó decisiones ni se le conoció alguna pretensión de influir en las decisiones de su marido, se ganó el respeto y reconocimiento de la sociedad de su tiempo.

                               LA DESMESURA

Estado por Estado, municipio por municipio podremos encontrar “primeras damas” representativas de alguno de los modelos expuestos, las hay y ha habido de todas, frívolas y sensatas, cultas e ignorantes, inteligentes y torpes, honestas y corruptas. Con el tiempo, las primeras damas se convirtieron en actoras políticas centrales en el país,  municipios, estados, algunas inician su travesía en campaña dónde quitan y ponen, regañan y felicitan, son las que generalmente serán protagónicas aunque no sean protagonistas.

La condición de honorarias fue en principio una limitante que con el tiempo se convirtió en escudo para usar dinero público sin rendir cuentas, para disponer de empleados públicos sin sujeción a objetivos programáticos, para decidir a quien se incluye a quien se excluye de programas sociales bajo su autoridad fáctica, al principio se concentraban en el DIF pero luego les pareció poca cosa e invadieron esferas de la administración pública al grado de participar en reuniones  de gabinete Desde luego no todas, pues la imprudencia huracanada de Marta Sahagún contrasta con la prudencia informada de Margarita Zavala,

              ¿APRENDEREMOS LA LECCIÓN?

La burla de que fuimos objeto con la actuación de la actriz de televisión en su papel de “primera dama” debe servir para que recuperemos el sentido de república, ya no más  autoridades  fácticas por tiempo determinado emanadas del matrimonio (o la familia) del gobernante en turno, estado por estado, municipio por municipio

…y desde luego, que en un futuro no lejano, no  aparezca algún “primer caballero”.

Nos encontramos  en El Recreo

@luismedinalizalde

luismedinalizalde@gmail.com