Por: Luis Medina Lizalde

Me impresionó saber que el Gobierno del Estado pagó 39 millones de pesos a un despacho particular para que hiciera una tarea gubernamental que desde mi punto de vista debe ser intransferible: la liberación de los derechos de vía de la Presa del Proyecto Milpillas, en el municipio de Jiménez del Teúl.

La cobertura noticiosa del controvertido proyecto siempre encontró en las deficiencias operativas de los servidores públicos involucrados la explicación de la madeja de enredos que hasta ahora mantienen en la incertidumbre el plan de dotar de agua a la zona centro del estado.  

Los boquetes principales por los que se fuga el dinero público son el exceso de empleos públicos originados en la incapacidad para generarlos de la economía de mercado, haciendo un gobierno obeso al extremo pero eso no es lo peor, junto con el crecimiento desmesurado de la burocracia, se cayó en el vicio de contratar lo que bien puede encomendarse a servidores públicos que devengan un salario.

Con mucha frecuencia, gobiernos municipales, estatales y dependencias federales que disponen de servicios jurídicos permanentes y desde luego con cargo al erario, contratan a carísimos litigantes particulares para que les hagan la tarea.

A pesar de que existen departamentos burocráticos cuya misión es elaborar proyectos, con frecuencia nos encontramos que los mismos se les encarga a consultores privados.

La celebración de exámenes de admisión para darle justificación a la política de exclusión en la educación corre a cargo de un organismo privado  (Ceneval).

Durante muchos años  canales y emisoras de radio que se financian con recursos públicos son mantenidos en extrema precariedad financiera y al mismo tiempo  televisoras y radiodifusoras concesionadas a particulares reciben jugosos contratos por la difusión de interés gubernamental.

LA OCASIÓN HACE AL MOCHE

En Zacatecas es cotidiano ver que mientras los múltiples salones, auditorios y foros que son patrimonio público y en los que se gastan los impuestos en su mantenimiento permanente, son utilizados en forma ocasional porque se prefiere contratar recintos de hoteles por cuenta de los contribuyentes.             

No es obra de la casualidad el crecimiento sostenido de este boquete por el que se fuga el dinero público,  su principal estímulo es el inherente margen de corrupción que existe en esta transferencia de tareas a particulares, sus efectos han sido devastadores para todos, incluyendo la economía de mercado que en vez de desenvolverse en base a la libre competencia funciona en base al amiguismo, la complicidad y los “apoyos”  en campaña.

La fuga de dinero público que hemos padecido nos colocó en la crisis que ahora se visibiliza, la resistencia de los directamente afectados ponen el grito en el cielo por las medidas de racionalidad que tarde o temprano habrían de llegar, claro que la indispensable cirugía mayor acarrea molestias, tiene efectos colaterales, afortunadamente, tal como lo reflejan las encuestas, la inmensa mayoría de los mexicanos apoya decididamente esta cirugía mayor que se evidencia como de vida o muerte cuando diario constatamos que dónde se levanta la piedra brota la pus.

Cada estado de la República habrá de hacer lo que le toca, los gobiernos de los estados pueden ubicarse en la resistencia como siento que lo está haciendo Alejandro Tello, al instalarse  en el “no hay, no hay, no hay, la culpa la tiene López Obrador”.  Creo que el Gobernador debe confiar más en el pueblo zacatecano, en su capacidad de entender los problemas y  de aceptar los sacrificios inherentes a las soluciones, la ejemplar reacción de los mexicanos en pleno padecimiento de falta de gasolina es un ejemplo de ello.

                            CUENTAS ALEGRES DE REALIDADES TRISTES  

Si  se explica  a la gente que en vez de ferias con bandas famosas  vamos a introducir agua potable, pavimentar o llevar drenaje, la gente entiende.

Si a los zacatecanos se les explica que con pena y todo ya no se puede seguir metiendo dinero al Club Mineros porque la JIAPAZ está tronando, la gente entiende.

Si la opinión pública es informada de que el Festival Cultural ya no se hará con estrellas internacionales que  cobran muy caro y ese dinero hace falta para otras cosas, la gente entiende.

Con López Obrador se recupera la esencia política del cargo de gobernante como líder político no reducido a la condición de jefe administrativo. Implica gobernar convenciendo, haciéndose acompañar por la opinión pública aunque la opinión publicada se ponga sus moños

El plan de austeridad republicana en Zacatecas no está diseñado. Mientras la gente vea que el dinero  público se sigue gastando como siempre renegará de tener que pagar impuestos y el “no hay no hay ” no podrá ocultar que  como dice una amiga:   “Si hay pero no pa´ todos”.

Nos encontramos en El Recreo

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