EL RECREO: NO MÁS PARTIDO DE ESTADO

Si Morena no quiere ser flor de un día, debe vencer la tentación de que estructuras gubernamentales se pongan al servicio de ambiciones electorales, también deberá evitar usar los programas sociales para robarle la dignidad al beneficiario al obligarlo a simpatizar con quien no es su opción, en resumen, Morena debe hacer lo que el PAN se negó a hacer: desmantelar el partido de estado.

El episodio del huachicol instala en la mente colectiva que la corrupción es más grave y viene de más arriba de lo que suponíamos, difícilmente alguien podrá negar que el modelo político permitió que México se hundiera a niveles inimaginables, la clase gobernante se tornó en alta proporción clase delincuente ¿dónde estuvo la falla que permitió esto?

El diagnóstico correcto lo tuvo la oposición de izquierda y derecha que antes de la alternancia luchaba contra “El PRI-Gobierno”, cuando encontraba en la existencia de un partido de estado el origen del autoritarismo y la corrupción, sin embargo, cuando la oposición accede al gobierno en el período conocido como “la alternancia”, dicha oposición no desmanteló el modelo político que borra frontera entre gobierno y partido gobernante, dando origen al PAN-Gobierno y al PRD Gobierno
Con el contundente resultado en la primera elección Presidencial en la que participa, Morena está en la obligación de no repetir el mismo error, en ese sentido, la aportación de López Obrador es innegable con el combate al uso clientelar de los programas sociales mediante esquemas operativos que eliminan el intermediarismo anómalo al que tantos políticos deben su carrera y el tráfico de influencias de legisladores “baja recursos” que para llevarse una parte del dinero implicados se enrolaban en la red de complicidades de la administradora principal de la corrupción, la Secretaría de Hacienda y su tristemente célebre “Ramo 23”, sin embargo, siendo esto importante, no es suficiente.

CORRUPCIÓN SIN FRENO

Para que exista clara frontera entre partido y gobierno debe cancelarse toda la posibilidad de que desde el gobierno se controle al partido de dónde emerge porque dicho control implica corrupción, un funcionario que dispone de personal, de viáticos, de vehículos y gasolina, teléfonos y oficinas, en tiempos del PRI- Gobierno usaba todo eso para pavimentar su candidatura, pero como tenía competidores que disponían también de presupuesto público, necesitaba que sus “aliados” con cargos públicos pusieran “ a disposición del proyecto” los recursos humanos, materiales y financieros para el mismo propósito, convirtiendo la administración pública en botín en perpetua disputa con todas las distorsiones que están a la vista.

Además de instalar la corrupción en la esfera pública, la ausencia de frontera entre partido y gobierno termina en subordinación de la vida partidista, inhibiendo la capacidad crítica de la militancia de las incongruencias de los que ostentan cargos en su representación y aniquilando la contraloría social natural que significa una base partidista interesada en que el gobierno que llevó al triunfo tenga un desempeño aprobatorio, cuando se permite que un funcionario controle voluntades partidistas mediante empleos o expectativa de empleos, estamos reproduciendo la corrupción que nos llevó a la devastadora corrupción que hoy asombra a propios y extraños, el huachicol es el muestrario de la corrupción fincada en el sometimiento de los necesitados de empleo, promoción o impunidad que solo desde un cargo público se puede otorgar.

México está reformando su economía a un ritmo más lento que su modelo político, al revés de la Unión Soviética de Gorbachov que se embarcó en la reforma económica (Perestroika) sin reforma política (Glasnot) y se desintegró.
La línea fronteriza entre partido y gobierno, gradual y cuidadosamente, nos conducirá a la etapa de políticos tradicionales que queremos dejar atrás, a la etapa de los candidatos del satisfactorio desempeño en sus encomiendas públicas.

CADA CHANGO A SU MECATE

El liderazgo nacional de Morena ha tomado dos decisiones esperanzadoras, en ejercicio pleno de sus facultades designa al interino que habrá de conducir a Morena en Aguascalientes hasta la renovación estatutaria, escogiendo a un militante real del proyecto de López Obrador, cuya procedencia es distinta del núcleo de reciente incorporación al que pertenece el “súper delegado” de esa entidad, además de lo anterior, el órgano de justicia partidaria suspendió temporalmente los derechos partidarios del “súper delegado” del Gobierno Federal en San Luis Potosí con motivo de una queja interpuesta por quién se declara víctima de “violencia política de género”.

Ambas decisiones de Morena rebasan el ámbito partidario, en Aguascalientes se evita el control del partido desde cargos del nuevo gobierno y en San Luis Potosí se deja claro que los que ocupan cargos públicos en nombre de Morena serán evaluados en su conducta por las instancias partidarias.

Nos encontramos el lunes en El Recreo
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