Por: Luis Medina Lizalde    

Nuestro país, o mejor dicho la élite  que lo ha gozado en los últimos 30 años, dará la nota en los próximos años, la decisión de satisfacer el reclamo ciudadano de que se aplique la ley a los que pisotearon las leyes para engordar su patrimonio está en marcha, nadie se atreve a poner en duda la existencia de la corrupción generalizada ni la pertinencia de erradicarla empezando desde la cima, lo que algunos  cuestionan es el modo y  dicen  que está muy bien que López Obrador combata el mal pero que debe emplear el bisturí y no el machete.

En lo personal me inclino por el uso alternado del machete (macro corrupción sistémica) y el bisturí (corrupción focalizada).

Entendemos que los que de buena fe invocan la pertinencia de acciones graduales  lo hacen pensando en los daños colaterales, como se llama en la guerra a las víctimas circunstanciales, sin embargo, así como en las operaciones de guerra son muy difíciles de evitar totalmente, en el combate a la corrupción también.

No usar el machete dónde se debe es darle al corrupto la posibilidad de atrincherarse, al fin y al cabo aliados le sobran.

La dinámica de la realidad está empujando a combatir la corrupción en cada rincón de la vida pública estado por estado, municipio por municipio. Algunas entidades han vivido escaramuzas que han llevado a tribunales a gobernantes antes de que se instalara en la presidencia de la República la voluntad política en contra de la corrupción, el vecino Aguascalientes, Veracruz, Chihuahua, Tamaulipas, Quintana Roo, Sonora y otros más han procedido judicialmente contra sus respectivos ex gobernadores desde antes que López Obrador asumiera la Presidencia, pero ninguno de esos estados ha emprendido la batalla a fondo porque no ha detenido el curso de la podredumbre y no se conoce la puesta en práctica de  un esfuerzo integral, han preferido el bisturí en vez del machete.

 

                       AQUÍ NI BISTURÍ NI MACHETE, CORTA UÑAS  

Otros estados, entre los que se encuentra Zacatecas están cruzados de brazos ante la podredumbre a la que no  combaten ni con bisturí ni con machete.

  

La propuesta de presupuesto que cada año turna el Ejecutivo se integra a partir de lo que cada dependencia o ente gubernamental solicita y dichas solicitudes parten de lo asignado previamente para  ajustarlo a la alza, nunca a la baja.

Sin embargo,  la inercia de solapamiento institucionalizado está llegando a su fin  y muy pronto seremos testigos de que en nuestra milpa también lloverá, la clase gobernante local tendrá que decidirse a cambiar o sucumbir.

La consistente política presidencial ha desatado vientos que apuntan al gabinete de Peña Nieto con su cauda de hombres de negocios, el huidizo Lozoya hace llegar su mensaje de que si lo agarran dará pelos y señales que la justicia desea conocer,  las sistemáticas campañas para debilitar la gestión presidencial no tienen la respuesta deseada, la comunidad de inversionistas internacional, el Fondo Monetario Internacional, los inversionistas nacionales mandan señales de confianza.

Los 22 bancos que discuten en estos momentos el financiamiento para Pemex hacen mutis al catastrofismo de las  “calificadoras” y los 45 días de tregua arancelaria con el vecino imperial dan tiempo suficiente para la labor de los contrapesos en Estados Unidos que no comparten la irresponsabilidad electorera de Trump,  todo esto constituye un formidable aliento para la radicalidad de la anticorrupción  en México, pero no debemos olvidar que los corruptos de ligas mayores no están mancos

Así las cosas, por primera vez en muchos años asistimos a una transformación profunda en la que todos debemos participar, las entidades federativas deberán operar políticas equivalentes a las puestas en práctica por el gobierno federal atendiendo lo específico.

La  anunciada depuración de las nóminas deberá ser observada con lupa para conjurar sesgos facciosos. 

            OJO CON LO QUE VIENE

Si el gobernador  Tello encarga  al PRI y sus prospectos a candidatos  la tarea de detectar prospectos a salir de  nóminas  aprovechando el viaje de la austeridad republicana corriendo a los que “andan por otro lado” va a fortalecer la corrupción.

Si cede a la presión inercial asumiendo  que su compromiso es  retener el gobierno para su partido  va a fortalecer la corrupción.

Si Tello corre con criterios facciosos, será parte del problema, no de la solución.

La esperanza reside  en que  la anunciada revisión a los poderes locales y municipios por el gobierno federal  se nutra de la información ciudadana para vencer el cerco de impunidad atrincherado en la insuficiente voluntad política de la clase política local.

Mientras tanto,   nos entretienen con los  “400 aviadores”  en la acostumbrada faena de la montaña pariendo al ratón.

Piensan que la ciudadanía no piensa.

Nos encontramos en El Recreo

 

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