El gobernador Tello dijo que la presa Milpillas sería la obra de su sexenio pero la realidad apunta a que sea su pesadilla. La Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) puso de manifiesto que la licitación para el ejercicio de los recursos asignados para este año no es jurídicamente viable porque el Gobierno del estado no ha concluido el trámite de posesión legal de la superficie requerida, el Gobierno del estado tuvo que admitirlo.

La información que ha salido a la luz permite asomarnos a nuestra realidad local con datos muy precisos que confirman el diagnóstico de que el aparato estatal ha sido capturado por la corrupción estructural, lo que debe conducir a la evaluación de la institucionalidad local, en lugar de al estéril señalamiento de personas, pues en Zacatecas, como en el país, la institucionalidad convirtió la impunidad en ingrediente estelar de la estabilidad política y trasfondo de luchas y reyertas entre actores y grupos políticos ayunos de ideología y valores, mendicantes de “oportunidades” reflejados en columnas que llevan y traen recados que solo a ellos interesa.

Cobra relevancia el dato de que el Gobierno federal asignó 170 millones de pesos al proyecto en 2017, de los cuales devolvieron 110 millones por no ejercerlos y que los 60 sí ejercidos se destinaron a varillas, cemento, trabajadores de operación y resguardo de la maquinaria que no pudieron utilizar porque los pobladores no los dejaron.

Me causa mucho ruido que el Gobierno del estado haya gastado 205 millones de pesos en estudios técnicos de 9 empresas para sustentar la viabilidad del proyecto Milpillas, se me hace mucho, y en eso coincido con expertos consultados que además se preguntan sobre el personal técnicamente capaz de hacer esos estudios de los que dispone el Gobierno del estado, la propia CONAGUA, La UAZ, etc. En ese tema hay mucho por saber.

Una operación usualmente a cargo de servidores públicos como la de negociar terrenos para una obra de interés público, se le asigna a “Corporativo Internacional Crystal” a la que se le paga casi el doble de lo entregado a los ejidatarios (12 millones contra 6.7 millones que recibieron los de Jiménez del Teul)

¿Acaso se quiso provocar conflicto cuando a los ejidatarios del Potrero se les paga a 50 mil pesos por hectárea y a los de los ejidos de Atotonilco y Estancia de Guadalupe a 12 mil pesos la hectárea? De ser así, lo lograron, aunque después corrijan.

LA OPACIDAD COBIJA PILLOS

La corrupción anidó en las estructuras porque la clase política local, corta de miras, hizo de la denuncia arma contra sus adversarios, en lugar de mal a erradicar. Los medios de comunicación le entraron al juego sin entender que el pleito entre partidos y ex gobernadores es por rebanadas del pastel, no por diversas maneras de entender el interés general.

El dato es importante porque llegado el momento de enfrentar nuestra realidad local con el propósito de erradicar la corrupción tenemos que saber qué es lo que nos condujo a descuidarnos como sociedad tan gravemente, y cuáles son los procesos nacionales en curso que impactarán favorablemente en Zacatecas si tenemos la sabiduría cívica de secundarlos.

Un saludable cambio de efectos permanentes consiste en la rebaja sustancial de los ingresos de la élite de la clase gobernante, la facilidad para salir de presidente municipal, diputado, gobernador, o alto funcionario con abultadas cuentas bancarias, gasolineras, restaurantes, hoteles y ranchos que se abrió paso en el sistema, atrajo a la actividad política a los que traen marcado el signo de pesos en su frente. Ninguna sociedad está en buenas manos cuando el incentivo perverso del dinero rápido es el móvil de sus políticos.

Lo malo es que no tenemos tiempo de esperar a que los políticos vigentes cambien de mentalidad para iniciar la urgente tarea de erradicar la corrupción local. Zacatecas tiene esa enorme piedrota en el camino que le impide ponerse a la par de Aguascalientes, para tener una referencia cercana.

RIQUEZA PARA POQUITOS, POBREZA PARA LOS DEMÁS

La clave del cambio radica en la voluntad ciudadana. Casos como el de Milpillas, donde la ineficiencia y corrupción hacen estragos, no serían frecuentes si no fueran impunes y no serían impunes si no transcurrieran ocultos para la ciudadanía.

La gente tiene muy claro que la riqueza para poquitos y pobreza para muchos es efecto automático de la corrupción

Los adictos al dinero deben dejar la política y concentrarse en sus negocios privados en bien de la política y de sus negocios.

Nos encontramos el viernes en Recreo

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