Por: Luis Medina Lizalde

Los humanos no reaccionamos igual ante los cambios, algunos los advierten cuando aún no se hacen visibles a los demás, otros se percatan de los mismos cuando están en  curso, los hay que los reconocen una vez que son realidad y hay quienes nunca se dan cuenta que la realidad ya cambió, a los casi seis meses de ocupar el cargo el Presidente López Obrador ha introducido una serie de cambios que por su velocidad aún no digieren muchos de los que se dedican a la actividad política,  circunstancia especialmente delicada cuando se cumple una función pública sin conciencia de lo que ya se fue, lo que aún permanece y lo que no cambiará.  

La Reforma Laboral, que introduce libertad y transparencia y  sienta las bases de una auténtica justicia, aún es ignorada por  la base trabajadora que no reivindica su libre albedrío para votar por la opción que lo convenza en vez de ceder a la  deshonesta oferta de bases y promociones  o amenaza de represalias, en cuanto la gente se percate de que esos tiempos ya pasaron los caciques sindicales dejarán el lugar a genuinos dirigentes.

Los políticos adictos al uso de programas sociales con fines electoreros no aprendieron la lección de los últimos comicios cuando los que repartieron despensas fueron barridos por el voto ciudadano, son los mismos que no han descifrado el  significado de hacer a un lado a los intermediarios  que se interponían entre el gobierno y los beneficiarios de dichos programas, así como la supresión de los moches de los legisladores que bajaban recursos ni la reclasificación de los delitos electorales en delitos graves para que los delincuentes no gocen del beneficio de la libertad bajo fianza.     

Los  han visto  en la política oportunidad para hacerse ricos y no para el servicio a los demás, no asimilan que la austeridad republicana se plasma en la conciencia popular con fuerza tal que la legislación que la introduce es apenas el comienzo de la gestación de una clase política sin los lujos de sultán  de Dubai.

                VENDAVAL CON RUMBO

El gobierno de López Obrador ha introducido cambios de acciones a los que les falta concreción en la ley, uno que destaca por su importancia es la decisión de que sus hijos adultos y su señora esposa se mantengan al margen del ejercicio presidencial y no accedan a cargo político alguno aún en el caso de que la ley lo permita en una medida semejante a la de cancelar el contrato obtenido mediante licitación por su compadre el industrial Miguel Rincón, en otro contexto tales gestos del Presidente serían una exageración que lesiona derechos de integrantes de su familia y de amigos pero el mensaje político que eso conlleva es de extrema urgencia en un país abusado por parientes y compadres. 

Otra saludable disposición presidencial a la que le falta traducción legislativa suficiente es la de reducir a la mitad el gasto de publicidad oficial, acompañado de la libertad editorial total para los medios de comunicación,  esa medida es de enorme trascendencia no solamente porque aligera la carga de los contribuyentes sino porque le abre paso a un periodismo que sustente su existencia en la credibilidad y no en las buenas relaciones con los gobernantes.

Un cambio estratégico para la vida nacional que está en su fase inicial,  puesto que apenas fue aprobado en la Cámara de origen, es el establecimiento del principio de paridad de género en la conformación de mandos en los tres poderes, en los tres niveles de gobierno y en órganos autónomos, enriqueciendo  lo ya dispuesto en la asignación de candidaturas, dicho cambio será más revolucionario si en las leyes secundarias se amplían las vías de ascenso para quién tenga méritos y capacidades, pues en el campo de la mujer también pululan portadoras de vicios morales que antes suponíamos exclusivos de políticos varones  (corrupción, mentira, traición).

Si uno no anticipa los cambios hasta que ya son una realidad no se previene, pero si nos pasan de noche los cambios no aprovechamos sus legítimos  beneficios y oportunidades y  nos instalamos en la desadaptación perpetua, derramando bilis a diestra y siniestra por “Lo que el viento se llevó”.

En cada estado  reaccionan  a los cambios que impulsa López Obrador, algunos los anticiparon (Manuel Velasco Chiapas)  otros   los asimilan cuando son realidad irreversible, (Alfredo del Mazo, Estado de México)

                                    CAMBIOS DESAPERCIBIDOS

En  estados como Zacatecas, hay una clase política que impúdicamente aferrada a caciquismos, a nepotismos y compadrazgos,  a usos clientelares de programas, al amado chayote, al “moche” local, etcétera. 

Como el que  duerme en el cine ignorando que la película ya se terminó.

 

Nos encontramos en Recreo

@luismedinalizalde

luismedinalizalde@gmail.com