Por: Luis Medina Lizalde

En Jerez, Zacatecas se vive un conflicto con varias aristas. Los preparativos de su feria anual se complicaron debido a la disposición del Presidente Municipal de modificar  el escenario físico de la tradicional fiesta que fue fruto de la aportación de empresarios de los bares que se instalan. El conflicto  hizo trascender la versión según la cual  detrás de la sorpresiva medida está el compromiso con un organizador profesional de este tipo de eventos que patrocinó la campaña del actual Presidente Municipal.

Algunos  afectados solicitaron la protección de la justicia federal, misma que otorgó el pasado viernes la suspensión provisional del acto reclamado.

El conflicto muestra en forma descarnada el esquema mediante el cual se  instala la crisis crónica de las finanzas municipales  que  se manifiesta en los  470 millones de pesos que en conjunto adeudan los ayuntamientos zacatecanos al IMSS y en el deterioro constante  de los servicios públicos.

Diversas ferias en territorio zacatecano son planeadas y organizadas por el  empresario Julio González, su economía y experiencia le permiten hacerle la tarea a las autoridades y patronatos en lo referente a distribuir  espacios,  otorgar permisos para restaurantes y bares, instalar tapancos, contratar artistas y un cúmulos de operaciones que exigen oficio, relaciones y disposición.

Las ferias tienen alto grado de rentabilidad por sí mismas puesto que generan ingresos por una gran variedad de conceptos legítimos, lamentablemente hay un amplio margen para la “creatividad” de involucrados de la esfera de la autoridad y particulares, pues los sobornos y los precios inflados tienen cancha libre.

El crimen organizado, al igual que algunos   patrocinadores de candidatos,  también suele ir por su tajada ya sea extorsionado directamente a los empresarios  o imponiendo el “impuesto de la tranquilidad”.

                             REPLANTEAMIENTO INDISPENSABLE

Hay muchos indicadores  de que las ferias son auto-financiables y que en vez de representar una carga para las finanzas públicas pueden generarles  ingresos  si se traslada a la iniciativa privada la realización íntegra de las mismas mediante licitaciones transparentes, cancelando toda posibilidad de patrocinar campañas electorales para luego recuperar con creces lo invertido. Así, los empresarios  celebrarían contratos con  artistas programados sin inflar el monto convenido como ahora puede suceder debido a que el pago se hace  con dinero público,  los espacios se asignarían  con  lógica mercantil legítima, pagando  los impuestos correspondientes. 

Hasta ahora las ferias son un festín sin control  que  mezcla  dinero público con el privado en total opacidad y se traduce en mala calidad de vida para los habitantes. La Auditoría Superior del Estado no parece inquietarse mayormente. La omisión  de la legislatura en este renglón,  tanto en  vigilancia como en  adecuación regulatoria hace que la fuga de recursos sea inmisericorde.

México mantiene un esquema de reparto del presupuesto conforme al cual la mayor  parte del mismo se queda en la esfera federal, una porción minoritaria se asigna a los gobiernos estatales y un ínfimo porcentaje a los municipios.

Entre los modelos de federalismo fiscal en el mundo  destaca el de Alemania dónde la asignación presupuestal es exactamente a la inversa del caso mexicano.

La  intensificación de la concentración presupuestal en la esfera federal advertible en el primer año del Presidente López Obrador es, en mi apreciación, originada  en la corrupción añeja y generalizada  prevaleciente en  estados y ayuntamientos, en ese sentido, las restricciones financieras deben operar como acicates para enfrentar con austeridad, honestidad e imaginación la situación reinante, algunos seguramente estarán buscando el modo pero otros, quizás la mayoría, no reaccionan, siguen gobernando como siempre, gastan en propaganda abierta o encubierta como siempre, viajan improductivamente como siempre, gastan en viáticos ofensivos como siempre y le meten dinero público a las ganancias privadas en las ferias… como siempre.

Existe amplio consenso en que a la UAZ le urge una re-ingeniería financiera,  pero poco se habla de la pertinencia de aplicar la misma receta a los ayuntamientos sobrecargados de obligaciones financieras  impuestas por  cúpulas burocráticas.

                          OTRA CLASE POLÍTICA ES POSIBLE

               

La reducción drástica de los ingresos de la élite burocrático-política elimina los incentivos perversos en forma de privilegios y es de esperarse una extinción paulatina del político con signo de pesos en la frente que pulula en cabildos, legislaturas y órganos autónomos.

Una reciente conversación con diputados de la actual Legislatura Zacatecana me hace concebir la esperanza de que algo esté cambiando, los tres manifestaban su indignación porque el martes de la semana pasada tuvieron dos sesiones ordinarias porque la CRICP, el máximo órgano de gobierno legislativo, decidió por unanimidad no citar el Jueves por ser día del amor y la amistad.

Seguro estoy de qué no son los únicos ansiosos de que esto cambie.

¿Comparte mi optimismo?

 

 

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