Por: Luis Medina Lizalde

 

Gobernar con el ejemplo es algo sabio desde siempre; una familia en la cual el padre es golpeador e irresponsable no tendrá la estabilidad de la que goza la integrada por padres en armonía y de conducta mesurada, el ejemplo es el modo más eficaz para influir en otros, lo saben los generales en el campo de batalla, los profesores, en fin, lo saben todos los que el cumplimiento de su cometido depende de que otros acaten lo que el dispone. Nuestros políticos de los últimos tiempos actúan  renunciando a enviar comunicar mediante el ejemplo, por eso es muy relevante lo que cinco semanas después de las elecciones está sucediendo a ese respecto, por primera vez en muchos años, se nos anuncia que tendremos un Presidente que gobernará con el ejemplo.

                               TRES ENSEÑANZAS

Con su ejemplo, López Obrador  comunica   que no se puede devolver la paz a un pueblo si nos paraliza el miedo,  se desplaza sin guaruras y para no contrariar la ley  permuta  los  casi siete mil integrantes de Estado Mayor Presidencial cuya misión es custodiarlo, por veinte elementos sin armas y con  entrenamiento básico, maneja su propio auto, se sube al metro, vuela en aviones comerciales  y se la juega ante la posibilidad de un atentado sabedor de que tanta saña mediática en su contra  ha calado en una minoría odiadora que vive pendiente de que hace y como lo hace.

¿Es necesario correr el riesgo? En mi humilde opinión es el único modo de cambiar la actitud que domina a las personas de carne y hueso investidas con autoridad, dominadas por  imprudente prudencia ante la delincuencia que los torna ineficaces y que deja en la indefensión a la gente.

El estado de Zacatecas es  buen ejemplo al respecto, a  punto de cumplirse once años de que el crimen organizado perpetró la feroz matanza de integrantes del convoy que trasladaba al aeropuerto a un peligroso capo desde la cárcel distrital de Tlaltenango,  a la entrada de Jerez y después de sucesivos crímenes de muy alto impacto, el territorio zacatecano es asolado por secuestradores, extorsionadores y matones que carecen del poder de fuego que tuvo el crimen organizado en los años previos, sin embargo el impacto emocional fue tan intenso que instaló desde entonces  la aversión al riesgo en nuestros gobernantes, no actúan a fondo en contra de los grupos que en pequeño número y con armas convencionales secuestran, extorsionan y someten a jefes policíacos y autoridades de diverso rango, un Presidente de la República que con su ejemplo motive a gobernadores y presidentes municipales a entrarle con decisión al  desafío que una sola persona no puede enfrentar,  estará induciendo el cambio de actitud que se requiere.

                       NEPOTISTAS Y CODICIOSOS  

Con su  ejemplo por delante, López Obrador anuncia que  ninguno de sus tres hijos adultos ocuparán cargo público o partidista durante su mandato, de ese modo enfrenta una modalidad de corrupción llamada nepotismo, que carcome gobiernos y se encuentra presente en todos los ámbitos de la vida nacional, infestando la política y el servicio público de complicidades propias  de las mafias, de este flagelo no se salva ningún nivel de gobierno, ninguno de los tres poderes, ningún partido político, incluyendo  los que conforman la coalición triunfadora.

El ejemplo personal de Andrés Manuel  comunica contundente mensaje  que mucho  presionará  a los políticos nepotistas.

Erran en su interpretación de las cosas los que suponen que Andrés Manuel promueve bajar los sueldos de la burocracia dorada, solamente para usar lo que se ahorre en programas sociales,  sabe que una clase gobernante seducida por el dinero no tiene vocación de justicia social ni compromiso con el país.

Ninguna sociedad es gobernada bien cuando la gobiernan los codiciosos, para vergüenza nuestra, los legisladores mexicanos detentan remuneraciones y privilegios que en Suecia serían escándalo mayúsculo, el dato de que nuestro Presidente del Suprema Corte de Justicia gane más que Donald Trump es evidencia de extravío colectivo propio de república bananera. Al reducirse su sueldo  López Obrador coloca con su mensaje  un filtro que hará que muchos ocupantes de cargos públicos, si no encuentran el modo de robar se retiren a otra  actividad más “productiva”.

                    FORMAS SIN FONDO, PALABRAS SIN HECHOS   

Primero nos sedujeron  buenos oradores, luego los especialistas en la publicidad comercial que de vender jabones pasaron a vender candidatos como “producto” volviendo tan caras las  elecciones  que tornaron inevitables los sueldos disparados y la corrupción en el ejercicio de la función.

López Obrador tendrá éxito  si además de predicar con el ejemplo como hasta ahora,  escucha la crítica y respeta a la oposición.

Que las manos limpias pesen más que el dinero.

Que gobernar con el ejemplo  valga para todo y para todos.

 

 

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