Por: Luis Medina Lizalde

El periodismo mexicano influirá y será influido por el gran cambio nacional en curso de manera distinta a los ciclos anteriores. La independencia de México y la victoria liberal del siglo XIX tuvieron antes, durante y después una prensa brillantemente ideológica que hace del periodismo decimonónico el de más calidad intelectual hasta hoy.

La prensa de antes, durante y después de la Revolución Mexicana perdió su brillo ideológico cuando fue convertida en instrumento de intereses económicos y políticos de encumbrados.

El periodismo comercial nace a mediados del Porfiriato, sometido desde entonces, tal subordinación genera la percepción equivocada de que el periodismo se cuadra ante el gobierno en turno, cuando la historia demuestra que ante quien verdaderamente se cuadra es ante el poder económico. Así pasó con la prensa que pavimentó la traición a Madero y con la que denostó hasta que quiso al Presidente Cárdenas, y asi pasa y pasará respecto al gobierno de López Obrador, sólo que a diferencia de épocas pasadas, los progresos cívicos, culturales y tecnológicos hacen la diferencia.

El control de los medios de comunicación ya no funciona para manipular eficazmente, quedó de manifiesto en las elecciones presidenciales de 1988, 2006 y 2018, pero no debemos menospreciar su potencial de engaño.

El periodismo comercial mexicano es y será instrumento de golpeteo en contra del régimen de López Obrador a veces con razones válidas y otras con móviles ocultos, pero esta vez carece de la contundencia del pasado.

El control de los flujos informativos ha desparecido para siempre, lo que no sabemos por Televisa lo sabemos por las redes, las mentiras que escuchamos y leemos tienen vida corta.

Aunque muchos medios siguen regateando el derecho de réplica, hoy la posibilidad de aclarar, contra argumentar y desmentir está al alcance de los simples mortales.

Somos una sociedad infinitamente menos analfabeta que en el pasado.

Existe un conjunto importante de medios públicos.

INSTRUMENTOS DE MESURA O DE CHOQUE

Los periodistas mexicanos, en su gran mayoría anhelan liberarse de la castración profesional que se origina en los pactos de empresarios de medios con el poder, aspiran a la credibilidad que les es imposible alcanzar sin plena libertad.

Si bien ya no es como antes, debemos reconocer que hay elementos que juegan a favor de la manipulación; la desprotección laboral del gremio hace a muchos ejercer un periodismo de sobrevivencia en su fuente de trabajo que lo lleva a no desafiar intereses que lo expongan.

De influencia cada vez menos relevante, otra modalidad de periodismo de sobrevivencia mantiene vigente la jiribilla de los golpeteos pagados y la compra de “menciones”.

Buena parte de los periodistas que laboran en los medios públicos fueron invitados o admitidos por su identificación con el viejo régimen.

En los estados, a la hora de velar por sus intereses, es más determinante la voluntad del gobernante en turno para decidir quién entra y quién sale de de los medios públicos.

Los mexicanos entramos a un periodo de decisiones de alto impacto por voluntad propia. Nadie como el actual Presidente de la República los había anticipado con franqueza tal, que sus seguidores y sus detractores coincidían en juzgarlas como contraproducentes.

Anuncia y cumple la cancelación de pensiones para ex presidentes de la República: anunció y cumplió la suspensión del nuevo aeropuerto, anunció y cumplió la reducción salarial de la élite burocrática aunque con desenlace pendiente: Son tiempos de choque de visiones, de debates intensos, de pasiones encontradas.

¿Cómo vivir el ciclo histórico que comienza sin que la violencia política se agregue a las violencias que ya padecemos?

Hace décadas el brillante intelectual Juan María Alponte a varios nos impactó con su “radicalidad de la mesura” en memorable charla cafetera, al enfatizar la valía del auto control en situaciones de turbulencia nos proponía optar por la inteligencia, no por el instinto.

¿Cómo hacerle cuando el periodismo apasiona, exacerba, provoca?

APÓSTOLES DEL PASADO

Cuando ese periodismo se ocupa de salarios de la Corte evade difundir la contradicción entre dos artículos de nuestra carta Carta Magna (94 y 127) como escollo jurídico, No compara los desmesurados ingresos de la cúspide judicial con los del resto de empleados del poder judicial, ni con lo que ganan sus colegas de otros países, ni que por falta de un Tribunal Constitucional los ministros son juez y parte de sus propios intereses.

El periodismo empresarial, tomó partido por el viejo régimen como cuando Madero y Cárdenas. Hoy, con excepciones, sucede igual.

La confianza esperanzada es en los auténticos periodistas, frecuentemente incomprendidos sociales que mantienen viva la mística del profesionalismo informativo y la libertad de la opinión.

…….Ojalá todos los empresarios descubran que la verdad es legítimo negocio.

Nos encontramos el martes en el Recreo
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