Por: Eva Gaytán
Pues nada, ayer, me fui al debate (que dijeron los organizadores que no se llama debate) y a las dos horas de que se terminó intenté hacer una hermosísima nota informativa, con harto dato duro, harta objetividad y seriedad y harta “No Eva”.
Hasta comencé así:
“A la 11 de la mañana se realizó el primer debate de candidatos a presidentes municipales de Zacatecas, mismo que fue convocado por el Observatorio Ciudadano de Zacatecas para la Función Pública”.
Cuando llevaba 400 palabras dije: “a ver Eva María (porque sí me llamo Eva María mi madre me alcanzó a poner una joda) tú fuiste a esa onda por caliente, nadie te mandó. Te aburriste porque te dio la gana, nadie te dijo que te quedaras ahí; sudaste… bueno no, realmente sudaste porque estaba bien caliente aquello y sólo había un ventilador” así que sin más les comparto un poco de la mirada de la Eva en el debate:
Dos días antes había conversado con una amiga quien me cuestionaba sobre la organización del evento, pues ella se había enterado por uno de los candidatos (igual que yo, pero por uno distinto al que ella se refería), ambas coincidimos desde ese momento en que la organización y convocatoria estaba pésima.
Si se trataba de un evento que buscaba dar a conocer las propuestas, pudieron difundirlo en redes sociales, informar que realizarían una trasmisión en vivo desde su fanpeich del Feis decirle a la ciudadanía que iban a instalar una pantallota en la plazuela o algo que demostrara que en realidad era para que la ciudadanía conociera las propuestas de los candidatos, pero naaaaaacho.
A los presentadores se les olvidó, desde el principio decirle a los asistentes y candidatos que no podía haber porras y lo hicieron hasta que ya se habían echado la primera, y como dice el dicho “o todos hijos o todos entenados” pues ya todas las porras se dieron vuelo.
Al principio pensé que era el aplausómetro de Chabelo, pero no, parece que no se definirán las elecciones con la porra.
El desarrollo fue de hueva, la duración de sueño y las participaciones… muy parecidas; variaban en términos, pero no en contenidos.
Arturo López de Lara apelando a los buenos recuerdos, lo escuché desde su registro como precandidato supe que su mamá lo dejaba salir a jugar a la calle y le gritaba para que ya se metiera hasta las 8 de la noche, no porque fuera mala madre, sino porque había seguridad.
El Ro, (para nadie es desconocido que lo adoro), es el amigo con el que todos se quieren juntar pero nadie lo quiere aceptar, uno de esos de los que siempre traen una sonrisa en la boca y cuando menos te lo esperas ¡Pum! Sale con algo brillante que sin darse cuenta le ayuda a todos con el as que traía bajo la manga. Sus propuestas en ocasiones hacen reír a la gente y en otras encabronar, pero su paso por la vida es como la de una veleta, sólo que es una veleta oxidada por eso no la mueve tan fácil el aire.
Julio César Nava de la Riva, me encanta que apele al “si señor yo soy de rancho”, (¡ah, no, perdón, era del barrio!!!) para buscar la aceptación de la gente; el asunto es que en mi caso por ejemplo no soy aceptada en las altas esferas sociales porque fui “naciada y criada en monte”, no me quieren por culera y babosa; las personas buenas (no como yo) no usan la humildad como una herramienta para que las quieran, son humildes porque son humildes y muchos al igual que él venimos de una cultura de la superación; eso no nos hace ni buenos ni malos, sólo nos hace.
Iván Castillo, honestamente me defraudó y aquí si lo digo con todas sus letras: Me defraudó. ¡¡¡Yo hubiera deseado verlo vestido de Bativán!!! A él lo conocí hace unos años, él a mí no (por lo mismo de que no brillo en las esferas de la sociedá ya no digamos las altas, ni en las bajas si quiera) me parece un joven serio y juguetón que se esconde bajo la piel de un señor enojón y malencarado. Creo que lo seguiremos viendo en la política y me agrada porque lo siento congruente, enojón pero congruente.
Adrián Castillo, a estas alturas del debate lo único que pensaba era en la canción de Román Castillo, ¡ya tantos castillos! Pero mientras no sean en el aire está bien. Él un hombre con los pies en la tierra dijo: “Cuando uno de ustedes gane o si gano yo pues yo…” ándele. Dio en el clavo, así es la cosas, pensar que si no ganan trabajarán con el que sí, propondrán que se desarrollen sus ideas porque fueron creadas por el bien de los de zairo, seremos felices y comeremos perdices.
Ulises Mejía, siempre sonriendo, llegaba un punto en el que yo pensaba: “¿Ese morro de qué se ríe? ¿es una mueca? ¿se está burlando de alguien o algo? ¿De qué me perdí? ¿Qué está pasandaaaa?” sigo pensando que mucho de lo que propone es medio descabellado, algunas cosas no. debo reconocer que ha estado haciendo mucho trabajo con sus brigadistas, pero pues todos. No, miento, no todos porque hay quienes no tienen brigadistas tons cómo trabajan con ellos.
Por último el Cuauhtémoc Calderón, sus invitados en primera fila y al final del debate que no era debate de acuerdo a los organizadores les jaló las orejas a sus compañeros pa decirles que no se pierdan en promesas porque muchas cosas que dicen ni le corresponde a los presidentes municipales; amé las carcajadas que se aventaba con las puntadas del Ro. Neta hubo un momento que pensé que hasta se iba a caer de la silla.
Así de divertido estuvo el debate. (Nadie Nunca jamás los dirá)
Y neta, lo que más amé fue la puntada que se aventó el Ro al decir: "Papi ‘ta interviniendo. ¡Ay no papi no shea Tonto!" al referirse a Antonio Mejía Haro, quien se encontraba sentado al frente de su hijo. Juro que en aquel sauna (porque neta el Foyer del Calderón se convirtió en sauna en cuestión de minutos luego del arranque) el chascarrillo nos sacó del sopor a más de tres de todoooos los partidos, aunque lo nieguen.
En fin, si vuelve a haber debates, no dejen de ir, les prometo que se van a aburrir o divertir muchísimo.