Redacción

 

Es el gran mensaje de las autoridades en estos días de pandemia mundial y la saturación de los hospitales: el objetivo número uno es impedir la infección de los abuelos. La mortalidad de la enfermedad provocada por el nuevo coronavirus es muy leve en los jóvenes (1%), pero los últimos datos oficiales en Italia, con casi 14.000 casos analizados, muestran una letalidad del 9,6% entre los septuagenarios, de un 16,6% entre los octogenarios y de un 19% entre los nonagenarios

Sin embargo, los expertos advierten que la enfermedad provocada por el nuevo coronavirus, la Covid-19, no es una sentencia de muerte para los ancianos, ni siquiera para los nonagenarios, pero es lo suficientemente nociva como para tumbar el sistema sanitario y empeorar el pronóstico.

Asimismo destacan que a partir de los 50 años es cuando el grado de riesgo se incrementa.

 

Con información de El País