Por: Dionicio Llamas

A principios de este siglo, muchos países de nuestra región tuvieron gobiernos progresistas, después de que, en la década de los noventas del siglo pasado, como pasó en México, todos sufriéramos los efectos de las medidas neoliberales.

Argentina no fue la excepción, después del gobierno de Carlos Menen, en diciembre del año 2001 el país sufrió una de las peores crisis de la historia, que fue causada en primera instancia por el llamado “corralito” una medida del gobierno de Fernando De la Rúa, en la cual se impedía la libre disposición de dinero en efectivo sobre las cuentas de ahorro.

El “corralito” desencadenó pocos días después la llamada crisis de 2001 que llevó a la renuncia del presidente De la Rúa y a una situación de disolución e inestabilidad social y política que se extendería durante varios años.

Después de la grave situación política y social, en el año 2003 llega a la Presidencia de la República Argentina Néstor Carlos Kirchner, él encabezó un gobierno progresista que puso fin a la crisis económica, política y social que empezó en el año 2001.

El gobierno de Néstor Kirchner logró reducir la enorme deuda pública a la par de medidas económicas que permitieron devolver a la Argentina al crecimiento; durante esa etapa se vivió un proceso económico virtuoso con medidas que permitieron un aumento del salario real, crecimiento en la calidad y cantidad del empleo, de la construcción y la industria debido al plan de sustitución de importaciones, así como la disminución de la pobreza y mejoras en la distribución del ingreso.

A partir de 2007 y hasta el 2015 el país fue gobernado por Cristina Fernández de Kirchner, quien continuó el modelo económico de su predecesor, modelo que algunos economistas destacados como Joseph Stiglitz y Michel Camdessus llamaron el “modelo argentino”; dicho modelo fue referencia porque a pesar de que la región durante 2014 y 2015 estaba en recesión, principalmente por la debilidad económica de Brasil y, aunado a ello, a pesar de las presiones del capital extranjero y fondos buitres, la economía siguió creciendo.

Sin embargo, el desgaste político de llevar más de una década en el gobierno pasó factura, por lo que en las elecciones de 2015 los argentinos decidieron llevar al poder a Mauricio Macri, un empresario de corte neoliberal que prometió mayor crecimiento económico y prosperidad, pero la realidad volvió a alcanzar al país.

Las mismas políticas económicas de los años noventa del siglo pasado fueron implementas con mucha rapidez en el gobierno de Mauricio Macri y, como era de esperarse, el resultado fue el mismo de siempre, el dólar americano pasó de costar alrededor de 10 pesos argentinos en 2015 a más de 40, la inflación es galopante, el desempleo y la deuda publica volvieron a crecer.

Pero a pesar de esa crisis económica, las diversas fuerzas políticas progresistas convivían en la oposición al gobierno neoliberal totalmente desarticuladas, divididas por el propio desgaste de haber gobernado durante más de una década y sin un liderazgo claro más haya del de Cristina Fernández.

Sin embargo, a pesar de las muchas diferencias entre las diversas fuerzas y personalidades de la izquierda argentina, en este año se vivió un proceso de dialogo y concertación entre todas ellas, de manera que se logró construir una nueva y gran coalición de izquierda llamada “Frente para todos” en donde Alberto Fernández (ex jefe de gabinete de Néstor Kirchner) y Cristina Fernández, encabezan las candidaturas a presidente y vicepresidenta de la Nación.

En ese contexto, el pasado domingo se vivieron elecciones primarias en aquel país, una suerte de pre-elección que sirve para definir candidaturas y medir a los principales partidos, el resultado de esas elecciones llamadas PASO (Primarias Abiertas Simultaneas y Obligatorias) muestran un resultado contundente para la alternativa de Izquierda; con el 86.75 % de las casillas escrutadas, el Frente para todos obtiene el 47.32 % contra el proyecto neoliberal del presidente Macri que obtuvo solo el 32.28 %.

Si en las elecciones de octubre en Argentina se confirman estos resultados, estamos todos frente a un nuevo ciclo de gobiernos populares y progresistas que fue inaugurado por México con el triunfo de Andrés Manuel López Obrador.

Es por ello que resulta importante el resultado electoral de ayer, ya que el Frente para Todos se convierte en la continuidad de ese aire de esperanza, emanado desde nuestro país, por un mejor futuro para los pueblos de nuestra Latinoamérica y, de concretarse el triunfo electoral, estoy seguro que los gobiernos de México y Argentina trabajarán, de manera conjunta, en busca de la unidad, la prosperidad y el desarrollo de la región.